jueves, 24 de julio de 2008

La ruta primitiva

El Principado de Asturias ha invertido muchos recursos en los últimos años para acondicionar la ruta primitiva. La señalización es literalmente perfecta y en ningún momento asaltan las dudas sobre qué camino tomar. Las zonas más boscosas y difíciles del recorrido son perfectamente transitables por unos caminos que se han limpiado y que el paso del ganado se encarga día a día de marcar. Además, evita casi siempre el monótono asfalto y le confiere un carácter especial. Prueba de este esfuerzo es el número de personas que optan por realizarlo y que año tras año van en aumento. El único inconveniente para el peregrino es el barro, que en los meses invernales y a comienzo de la primavera inunda partes del recorrido debido a la gran cantidad de precipitaciones que sufre Asturias. Es el precio a pagar por sus valles siempre verdes.

Una de las mejores rutas

Desde el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago en Compostela, en el siglo IX, el Camino de Santiago se convirtió en la más importante ruta de peregrinación de la Europa medieval. El paso de los innumerables peregrinos que, movidos por su fe, se dirigían a Compostela desde todos los países europeos, sirvió como punto de partida de todo un desarrollo artístico, social y económico que dejó sus huellas a lo largo de todo el Camino de Santiago. En 1993, Año Jacobeo, se produce el resurgimiento peregrinal. La mezcla de reto deportivo con religiosidad, con búsqueda de lo auténtico y de uno mismo, todo ello escoltado por estilos románicos y góticos, entre caballeros templarios y monjes benedictinos, entre hayas y trigos, entre castaños y carvallos, entre leyendas y milagros hacen del Camino de Santiago una experiencia singular.